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El FMI advierte a Milei sobre la situación social y "errores" en el plan de ajuste


22 de febrero de 2024

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Gita Gopinath se reunió con el mandatario en la Casa Rosada para analizar junto al Presidente la marcha del plan acordado con el Gobierno, el cual le permitió acceder a un desembolso US$ 4.700 millones.

A fines de enero. El jefe de Gabinete Nicolás Posse, uno de los hombres fuertes del Gobierno, viajó hasta Washington para ver personalmente a la número dos del FMI, Gita Gopinath. En ese encuentro, el argentino le pidió mayor acompañamiento al Fondo y le anticipó que las cuentas públicas de enero cerrarían con superávit financiero, algo que, pensó Posse, debía agradar al organismo.

Veinticuatro horas después, el board del FMI aprobaba la revisión que había realizado el staff y liberaba los u$s 4700 millones que el Gobierno estaba esperando.

Sin embargo, hubo algo más. En el encuentro, Gopinath volvió a insistir para que el Gobierno “concluyese” el programa vigente y que “empalmase” un nuevo programa en diciembre o a comienzos de 2025. En ese marco, se habló de la “sostenibilidad” del plan económico en marcha y la ejecutiva le consultó a Posse cuáles consideraba que eran los puntos fuertes y los débiles del plan económico que estaba llevando adelante el presidente Milei junto al ministro Luis Caputo. Posse esbozó sus ideas al respecto, pero en el FMI quedó la sensación de que había debilidades marcadas en la aplicación del plan y que, probablemente, se estaba dando por descontado una cooperación social al ajuste que podía no darse en los hechos.

Quizás por esa razón, el FMI le recomendó al Gobierno que tuviese especial cuidado en la afectación a amplios sectores de la sociedad que se verían afectados por el ajuste en marcha.

El FMI sigue ponderando que el plan económico podría no ser sustentable en el tiempo. Lo adelantó la propia Georgieva en un documento a mediados de enero y lo refrendó Gopinath en su encuentro con Posse en Washington. Ahora, la propia Gopinath visita la Argentina para verificar hasta qué punto puede sustentarse no sólo el plan, sino también el superávit. Si bien el organismo ha elogiado los esfuerzos "en todos los frentes" para abordar la compleja situación económica del país y hasta destacó la agresiva corrección de “deficiencias” por parte del nuevo Gobierno libertario, especialmente en temas fiscales, también aseguró que al FMI le interesa “profundamente” que Argentina proteja a la población más vulnerable mientras prosigue con sus “reformas muy audaces“.

El dato es que el FMI parece coincidir con el Gobierno en que los próximos meses serán la prueba para el presidente Milei comenzando hoy, principalmente por el impacto inflacionario que, descontado un fáustico diciembre y enero, acumularía en el cuatrimestre. Es el propio FMI el que pareciera alertar por la sostenibilidad social y preocupa a Georgieva la sostenibilidad del plan de ajuste.

Paradoja mediante, el FMI le dice al Gobierno que calibre bien el ajuste porque, de lo contrario, no habrá más ajuste. Que el partido es largo. Así, lo que para el Gobierno es un atributo (ajustar más que lo que pide el FMI), para el Fondo es un problema a resolver. Al FMI le interesa la acumulación de reservas pero también que las reformas de carácter fiscal sean en base a reformas y no tanto a licuación. Lo relevante, casi clave de todo el asunto, es que mientras el Gobierno basó su superávit financiero en el ajuste a los jubilados anunciando un magro ajuste nominal en las jubilaciones del 27%, el propio FMI y hasta Gopinath sostienen que hay que “preservar el valor real de las pensiones y aumentar la asistencia social”, lo que abriría complicaciones a la hora de sostener ese resultado fiscal en febrero y marzo.

Fuente: ambito.com

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