El Gobierno apuesta a polarizar la opinión pública para distraer el malhumor por la inflación y los despidos
27 de febrero de 2018
Chocobar, aborto, Moyano, salud pública a inmigrantes son los temas elegidos por el gobierno para dividir a la sociedad. La inflación y el desempleo ya superan a la inseguridad como principal preocupacion social.

El Gobierno se dispuso a agitar el debate de temas tabú para sacar de la agenda el conflicto más acuciante al que no le encuentra la vuelta: la inflación.
La combinación de suba del dólar, suba de tarifas, desancle de expectativas de inflación, baja de la tasa de interés y mayor "temperatura" de la calle golpeó fuerte a la inflación de febrero y la aceleró al 2,5% mensual. Por eso, los analistas ya anticipan que este año Federico Sturzenegger tampoco logrará cumplir la nueva meta que le Casa Rosada elevó al 15% anual. En este escenario, el titular del Banco Central desoyó las presiones de Mario Quintana y se negó a bajar la tasa de interés de referencia.
La inflación, que sacude a los comercios, afecta a los hogares por su impacto en la canasta básica.
Según los datos de la dirección de estadísticas de la Ciudad, que se adelantan cada mes a los del Indec, una familia debe percibir mensualmente unos 17.096 pesos para no ser pobre. Mientras que necesita 21.862 para no pertenecer a un sector vulnerable.
Según una encuesta de la consultora Query, la inflación ya es el segundo problema más importante para los argentinos. Un 24 por ciento de los encuestados respondió que la suba de precios es el tema que más los preocupa.
Sólo la desocupación, con el 29 por ciento, supera a la inflación. Detrás vienen la inseguridad, con el 20% y en cuarto lugar la corrupción, con sólo el 15 por ciento. No es un dato menor ese cuarto lugar habida cuenta que Cambiemos edificó su triunfo en base a la pelea por la corrupción.
El objetivo de instalar estas polémicas es ganar tiempo hasta el Mundial de Rusia
En este contexto, y en una jugada de riesgo por el impacto ante su propia base electoral, el Gobierno instala desde hace semanas una serie de temas de alto impacto emotivo y político que revelan un punto de desesperación por copar la agenda.
El primer tema tabú fue el caso del policía Luis Chocobar, recibido en la Rosada por el propio Macri, con el que Gobierno se atrevió a dejar correr el debate por la pena de muerte y provocó a los sectores progresistas y de izquierda.
Tras la marcha de Hugo Moyano y en medio del fenómeno inesperado de los cantitos contra Macri en las canchas de fútbol, el Gobierno instaló el debate sobre el aborto, lo que esta vez fue tomado como una provocación para la centroderecha.
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Apenas días después, la Rosada propuso debatir la prohibición de la salud y educación gratuita para extranjeros, en otro guiño a los sectores reaccionarios y otra provocación para los progresistas.
El objetivo de instalar estas polémicas es ganar tiempo hasta el Mundial de fútbol, cuando la sociedad argentina deja en el freezer la agenda que monopoliza las comidas familiares hasta que la Selección termina su participación en la competencia.
Esta estrategia tiene un costo: ya está causando rispideces con los propios diputados y senadores de Cambiemos. "Se sacan todo de encima y lo mandan acá", se quejan en el interbloque oficialista en la Cámara Baja.
En un sector de Cambiemos no cayó bien que Peña lanzara sin preaviso el debate sobre la prohibición de salud gratuita para extranjeros. "Es una discusión que genera desgaste y no trae ningún beneficio, lo tienen que discutir las provincias fronterizas", aseguraron en el Congreso.