Discurso solemne y preparado hasta el más mínimo detalle. El presidente electo de Francia, el socioliberal Emmanuel Macron, se ha dirigido a sus compatriotas tras su convicente triunfo en las urnas para asegurarles que trabajará por la “unidad de la nación” y que defenderá “a Francia y a Europa”.

“Durante los próximos cinco años, mi responsabilidad será la de disipar los temores, redescubrir nuestra capacidad de superar obstáculos, que es lo que mejor representa la esencia de Francia”, ha expresado.

“Mi responsabilidad será la de unir a todos los hombres y mujeres para afrontar los enormes retos que tenemos por delante y actuar.
Lucharé con todas mis fuerzas contra las divisiones que nos debilitan y abaten. De esta forma podré brindar al pueblo francés las posibilidades que os merecéis, a todos y cada uno de vosotros en vuestra vida profesional, personal y familiar. Amemos a Francia a partir de esta noche y durante los próximos cinco años”, ha añadido.

Macron ha finalizado su discurso asegurando que “con humildad, dedicación y determinación, voy a servir al país en vuestro nombre. Viva la República, viva Francia”.

Su historia

Nacido el 21 de diciembre de 1977, Emmanuel Macron parecía desde joven destinado a conseguir todo lo que se propusiera de manera precipitada. Tras licenciarse en 2004 por la prestigiosa Escuela Nacional de Administración (ENA), se inicia en 2008 como gerente asociado del banco Rothschild. Un año antes se casa Brigitte Trogneux, una profesora de francés veinticuatro años mayor que él.

Ministro en 2014

Tras tres años como miembro del partido socialista la llegada al poder de François Hollande le convierte en 2014 en el nuevo ministro de Economía, Industria y Nuevas Tecnologías. El joven Macron seguía subiendo peldaños.

Algunos de ellos ciertamente resbaladizos. La puesta en marcha de su proyecto de ley para el Crecimiento, la Actividad y la Igualdad de oportunidades económicas, más conocida como Ley Macron, le causa a él y al gobierno de Hollande más de un quebradero de cabeza en forma de críticas de los adversarios y protestas ciudadanas. Para muchos es una apuesta “demasiado liberal”.

En abril de 2016 Macron dimite de su cargo y se lanza de lleno a una nueva aventura, ‘¡En marcha!’, un movimiento político con el que pretende acabar con la tradicional división existente entre la derecha y la izquierda francesas.

Su programa

Macron se convierte así en el candidato de centro para las elecciones de 2017. Es el aspirante a presidente más joven de la historia de Francia. Su programa es proeuropeo y reformista, a favor de la liberalización del trabajo y de la innovación, así como de la defensa del individuo. Macron defiende una Francia “abierta y fiel a sus valores”, que asuma sus responsabilidades para con los refugiados y que coopere con el resto de miembros de la Unión Europea.

La sorpresa de las elecciones

A finales del pasado abril, los votantes muestran de manera clara sus preferencias. Macron se convierte en el candidato más votado con el 23, 8 por ciento de los votos, seguido de Marine Le Pen, que obtiene algo más del 21. François Fillon y Benoit Hamon, líderes de los partidos tradicionales, piden el voto para el centrista en la segunda y definitiva vuelta. A Macron solo le queda un escalón para llegar al Elíseo y su debate con Le Pen a pocos días del 7-M parecía allanarle un poco más el camino.

Con la inestimable ayuda de los medios de comunicación, Emmanuel Macron ha sabido aprovechar las inquitudes de la opinión pública, el vacío político actual y el rechazo de la gente a los partidos tradicionales para alzarse con la victoria. Todas las encuestas le daban como favorito en segunda vuelta, así que su triunfo no ha sido esta vez ninguna sorpresa. Ahora está por ver si consigue en las legislativas una mayoría con la que poder gobernar sin trabas. Algo que Emmanuel Macron, a buen seguro, tiene prisa por hacer.