Gobernadores Peronistas generan un espacio político con la mirada en el 2019
02 de agosto de 2017
Quieren trazar un armado de poder para negociar con el Gobierno y también para contener el temido resurgimiento de Cristina. Juan Schiaretti pica en punta como líder del espacio.
Con el doble objetivo de mostrar un armado de poder para negociar en bloque con el gobierno de Mauricio Macri y generar un contrapeso a Cristina Fernández de Kirchner, favorita en las encuestas para las elecciones primarias, los mandatarios peronistas se reunirán el jueves, en lo que se avizora como un relanzamiento – esta vez, definitivo - de la liga de gobernadores.
El encuentro está previsto para el mediodía, en la Casa de Entre Ríos en Buenos Aires. Hasta allí llegarán el salteño Juan Manuel Urtubey, el sanjuanino Sergio Uñac, la fueguina Rosana Bertone, la catamarqueña Lucía Corpacci, el riojano Sergio Casas, el chubutense Mario Das Neves, el cordobés Juan Schiaretti, el tucumano Juan Manzur y el anfitrión, el entrerriano Gustavo Bordet, con el objetivo de poner la piedra fundamental para la reconstrucción de la liga de gobernadores, con la que intentarán plantarse a futuro en las negociaciones con el Gobierno nacional.
La reunión fue motorizada por Schiaretti y Manzur, que por estas horas analizan un documento que podrían dar a conocer tras el almuerzo. El texto tendrá como eje la construcción de una posición común frente a la política nacional, en particular en lo que tiene que ver con el reparto de fondos y obras, que los gobernadores observan que se concentran en provincias en las que gobierna Cambiemos.
Además, los mandatarios comenzarán a delinear la estrategia legislativa que vislumbran para después de diciembre, cuando cambie la composición del Congreso. El objetivo principal es coordinar el armado de un bloque de diputados que respondan directamente a sus intereses y que les otorgue capacidad de presión y negociación con el Ejecutivo.
Al día de hoy, varios de los gobernadores que forman parte del grupo que se verá el jueves, no tienen línea directa con los diputados de sus provincias, más identificados con el kirchnerismo y que llegaron al Congreso con listas armadas por Cristina. Tal es el caso de la fueguina Bertone y del sanjuanino Uñac. En diciembre, la situación cambiará radicalmente: las listas de candidatos a diputados nacionales que se medirán en estas elecciones fueron confeccionadas por los mandatarios provinciales que asumieron en 2015, identificados con el peronismo clásico y distantes del kirchnerismo.
Esos nuevos diputados se integrarían al bloque Justicialista, que preside Oscar Romero y se formó a principios de 2016 con un grupo de 16 legisladores que decidieron abandonar la bancada del Frente para la Victoria. A ellos también se sumarían también los diputados que responden a Schiaretti y a Das Neves, que hasta ahora forman parte del interbloque que lidera Sergio Massa.
Para Cambiemos, el proyecto de los gobernadores es, en principio, una buena noticia, ya que achicará el bloque del Frente para la Victoria y reducirá la dependencia exclusiva de Massa. “Vamos a tener un escenario mucho más parecido al del Senado. Va a ser más simple negociar con los gobernadores directamente”, se entusiasma un miembro de la mesa chica de Cambiemos. Sin embargo, los gobernadores esperan que un bloque unificado les aumente considerablemente el precio a la hora de negociar con la Rosada y les permita imponerse de una forma más contundente de lo que sucedió hasta el momento.
Desde diciembre de 2015, los mandatarios mantuvieron varios encuentros y lograron articular algunas estrategias comunes -como sucedió con la discusión por el Impuesto a las Ganancias, el Presupuesto y la reforma electoral-, pero eso no se tradujo en un armado potente y sólido que el Ejecutivo percibiera como un núcleo uniforme de poder.
AGRUPAMIENTO INTERNO. Hacia adentro del peronismo, el desafío será otro. El resurgimiento de Cristina como líder en la provincia de Buenos Aires ya preocupa a los mandatarios que soñaban con que, a esta altura del gobierno de Macri, la ex presidenta estuviera más cerca de la jubilación que del regreso. Cristina competirá por una banca en el Senado nada menos que por Buenos Aires, la provincia que representa el 37 por ciento del padrón nacional.
Los gobernadores perciben como “una catástrofe” para sus planes futuros que la ex presidenta gane con comodidad, justo ahora que lograron volver a unificar posiciones con líderes de provincias que durante el kirchnerismo estuvieron afuera del partido, como Schiaretti y Verna. Los gobernadores valoran sobre todo el nuevo acercamiento del "Gringo", ya que Córdoba es la provincia más grande en manos del peronismo. En la lectura de los mandatarios, un triunfo contundente no solo trabaría la anhelada “renovación” sino que, según ellos, desataría una debacle económica al dejar expuesta la debilidad del Gobierno.
Es por eso que el jueves empezarán a buscar entre sus filas los nombres de quienes buscarán disputarle el lugar a Cristina, a quien avizoran con intenciones de volver a la Rosada.