El Gobierno volvió a agitar este lunes, en plena campaña electoral, el fantasma de la suba de la edad jubilatoria. Lo hizo en boca del titular de la ANSES, Emilio Basavilbaso, quien -a pesar de que habló “a título personal”-, alentó la idea de una reforma para que las personas que estén en condiciones de jubilarse y deseen seguir trabajando tengan una mejora en el haber futuro.   

“Lo ideal sería, como ocurre en otros países, que la edad sea voluntaria. El trabajador tiene la opción -después de los 65 el hombre y después de los 60 la mujer- de seguir trabajando, y eso le significa que en el futuro su jubilación va a ser mayor. Es decir, el gobierno pone incentivos para que, si la persona está bien físicamente y quiere seguir trabajando, pueda seguir haciéndolo, y eso le signifique una mejor jubilación en el futuro”, explicó Basavilbaso.

En diálogo con radio La Red, el funcionario consideró que la edad jubilatoria no debe ser “inamovible” y señaló que, “de hecho, en muchos países del mundo la están cambiando”. “Hay algunas personas que por el tipo de trabajo que realizan tienen un mayor desgaste físico, y otras no. Por eso creo que lo mejor sería no imponer una edad”, puntualizó.

De todos modos, indicó que la decisión estará en manos del Congreso, que deberá debatir la reforma durante los próximos tres años en el marco de una Comisión Bicameral de Reforma Tributaria, según lo estableció la Ley de Reparación Histórica. Esa comisión, que todavía no se constituyó, es la que deberá analizar los proyectos del Poder Ejecutivo sobre el tema.

En ese sentido, Basavilbaso sostuvo que para realizar un cambio en el sistema “tiene que haber un consenso en el Congreso” y “hay que debatirlo por mucho tiempo”, aunque aclaró que en la ley se establece que “el sistema tiene que ser público, solidario y de reparto”, con lo que descartó un eventual regreso a las AFJP.