La Iglesia endurece su posición frente al gobierno por la situación social
10 de junio de 2024
Monseñor Oscar Ojea encabezará una misa en el santuario de la Virgen de Caacupé de La Matanza el 19 de junio. El evento es organizado por curas villeros que advirtieron sobre el crecimiento de la pobreza y el hambre en los comedores que trabajan.
Mientras el Gobierno le reparte 5 mil toneladas de alimentos a la Fundación Conin y hay dudas sobre cómo esa comida llegará a los más necesitados, la Iglesia volvió a criticarlo y anunció que hará una misa el 19 de junio a las 11 a cargo del presidente de la Conferencia Episcopal, monseñor Oscar Ojea en el santuario de la Virgen de Caacupé de La Matanza. La propuesta fue una idea de los curas villeros que días atrás habían amenazado con encadenarse frente al galpón de Villa Martelli, donde estaba acopiada la mercadería, si no se hacía el reparto.
“Nos gustaría pensar que esto es ineptitud y que se quiera mejorar”, dijeron los párrocos con territorialidad en barrios populares en un mensaje compartido a poco del Día de la Bandera.
“Jamás imaginamos que tendríamos que seguir discutiendo sobre el reparto de comida. Es escandaloso. Nos duele mucho. ¡No es posible morirse de hambre en la tierra bendita del pan!”, expresaron. “Así como la Bandera Argentina flamea en todos los rincones de la Patria, queremos que a ningún hermano le falte el pan. Es tarea de todos, empezando por el Estado y siguiendo por todos, cada uno desde donde le toca. Que nunca más haya que reclamar comida”, dijeron.
“Trabados en pelear por los alimentos, no podemos avanzar en proyectos de verdadera inclusión”, aseguraron los curas para los que “la cuestión va mucho más allá del galpón” y “la asistencia alimentaria tiene que acompañar la realidad y actualizarse con la inflación”.
“En un país con un 55% de pobreza y 18% de indigencia, no podemos pensar que el problema de la comida es psicológico o ideológico. No se combate con relatos y redes”, señalaron.
De la misa participarán las “madres de la Patria” que trabajan en los comedores populares. “En estos tiempos de crisis y confusiones, nos duele que a muchas de estas doñas se las haya acusado de robar o vender los alimentos. Son ellas las que sufren el dolor de ver que no alcanza la comida de la olla. Varias veces repiten el milagro de la multiplicación de los panes. Son las que dan la cara cuando el Gobierno no entrega los alimentos”, añadieron.