Como en diciembre, los diputados del PRO identificados con Emilio Monzó quieren armar su propia bancada y continuar con voz propia en el interbloque Juntos por el Cambio. 

Aquella vez no lo lograron. Cristian Ritondo, jefe del PRO, les advirtió que no volvería a sentarse en la misma mesa con los electos por esa fuerza que se hayan ido a otra, aunque sea a una nueva.

O sea, abandonar su bloque era también irse del frente opositor más numeroso y ser fácilmente acusado de aliado oficialista. Los rebeldes prefirieron no sacar los pies del plato, pero después de las primeras tensiones de 2020, piden otra vez crear su propia identidad y discutir en el principal espacio opositor. 

"Creemos que hace falta institucionalizar un nuevo espacio interno para muchos de los dirigentes que no venimos de ninguno de esos tres partidos que forman el frente", pidió Sebastián García De Luca, ex secretario de Interior y referente del monzoísmo en el Congreso.

"JxC debe tener un enfoque superador hasta en su denominación. Ese es el planteo que realizamos. La postura que nos encontramos fue muy rígida y por eso perdimos tres diputados. Y hoy esa postura se mantiene", confirmó entrevistas a diferentes medios.

El grupo de Monzó lo lidera García De Luca, confían en reunir 15 de los 51 diputados del PRO y varios ya se juntan antes de las reuniones de bloque para sentar una postura común. Nunca Juan Aicega, Federico Frigerio y Gabriel Frizza. Completan la lista con Domingo Amaya, Gustavo Hein, Eduardo Cáceres, Martín Grande y Francisco Sánchez.

"Juntos por el Cambio es la misma estructura partidaria y dirigencial que hace cuatro años, lo cual es un problema. Siempre se habla de las fugas interpartidarias más que incorporaciones", protestó García De Luca en sus incursiones mediáticas.

"La discusión, sobre todo después de la derrota, debe ser cómo damos una estrategia clara de amplitud. Creo que hasta ahora no hubo un replanteo claro de qué pasó después de la derrota".

"Muchos que creemos que con el 40% no alcanza: quiero volver al 51% de 2015. No solo el relato del 40%. Si a algunos les alcanza con eso, para mí no. Si primero no planteamos esta apertura interna también es muy difícil ir a buscar lo que hoy no está en el frente", agregó y le envió un guiño a Miguel Pichetto, para que los apadrine como extra partidarios, aunque por ahora no lo ve.

"Ojalá sea un elemento para impulsar en esa idea de apertura que nosotros reclamamos. Pero hasta ahora no hay ningún elemento que muestre la flexibilidad necesaria para salir de esa dinámica rígida de Cambiemos".

Una de las apuestas de este grupo es la candidatura de Monzó en la provincia de Buenos Aires, para diputado en 2021 y, sobre todo, gobernador en 2023, siempre por el frente opositor más representativo, en el que ya empezó la disputa por el poder. Monzó por ahora está de vacaciones y prometió retornar en marzo para tomar una decisión sobre su futuro. 

Larreta no lo descarta pero lo quiere en el PRO, aunque en la Legislatura bonaerense los diputados de Monzó y Gustavo Posse armaron su bloque y hasta votaron diferente a Cambiemos en la reforma impositiva.

El principal escollo es María Eugenia Vidal, con quien el ex diputado nunca logró una sana convivencia. "Macri ganó en Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos pero perdió en Buenos Aires donde gobernaba Vidal con recursos y el fondo del conurbano".

"En términos políticos (Vidal) trabajó con mucha soberbia y mucho desconocimiento subestimando a dirigentes e intendentes de la Provincia. Me queda la frustración como parte del mismo frente político de no haber hecho los cambios profundos que se podrían haber hecho en la Provincia", la atacó García De Luca. 

FUENTE: LA POLITICA ON LINE