Sin referencias a ningún tipo de herencias y limitándose a detallar la manera como se llegó al stand by del FMI de 2018 que ahora se busca refinanciar, el ministro de Economía, Martín Guzmán, dio detalles del acuerdo alcanzado con el Fondo Monetario Internacional repitiendo muchos de los conceptos vertidos el pasado 28 de enero en el que se anunció el preacuerdo.

Arrancó planteando que es la primera vez en la historia en que un acuerdo entre el Gobierno el staff del FMI será puesto a consideración del Congreso, tras lo cual describió primero qué se busca alcanzar con el acuerdo. Y en ese sentido señaló que la Argentina “enfrenta una situación de un gran potencial desestabilizador la deuda, la combinación de la carga y la secuencia de vencimientos”.

Advirtió entonces que “la Argentina no cuenta con recursos para hacer frente a los vencimientos acordados en 2018, lo cual pone en un clarísimo riesgo la estabilidad de la balanza de pagos en tiempos muy próximos”.

El ministro habló del objetivo de “seguir en el curso de la recuperación de actividad y poder atacar la inflación, si no lo podemos resolver, lo que se enfrentaría es una situación significativamente más difícil y dañina en el frente cambiario, inflación, empleo, actividad y todo el frente social”.

Al referirse a cómo llegamos hasta aquí, refirió a los dichos del jefe de Gabinete, que lo había antecedido, y habló del acuerdo stand by por el cual se terminaron desembolsando 44.500 millones de dólares. Ante ello el país enfrenta un horizonte de 19 mil millones en vencimientos para el año 2022; 20 mil millones para el 2023, y la única forma de pagar es mediante un programa con el FMI.

El ministro Guzmán detalló a continuación el perímetro de financiamiento de un nuevo programa. “Lo que se ha concretado es un perímetro de financiamiento equivalente a la deuda del programa stand by de 2018, de 44.500 millones de dólares: no se está agregando un solo dólar de deuda a lo tomado”, explicó.

Los cuestionamientos de Laspina

Para el economista proveniente de las filas del PRO, un acuerdo con el FMI no requiere del permiso del Congreso -algo que más adelante la diputada Bergman negó rotundamente y lo consideró la base de la ilegalidad del préstamos que tomó Macri- y Guzmán pretende hacer socia a la oposición de un programa económico que implicará condicionamientos políticos para que el próximo gobierno encare un ajuste que lleve el déficit del 1,9% de 2023 al 0% en 2025. En este sentido, le cuestionó a Guzmán ya a Pesce que el año pasado permitió fuga de capitales por más de 15.000 millones de dólares -del superávit comercial- y aclaró que la fuga no es más que "argentinos comprando dólares".

Respecto de la cuenta de endeudamiento, Guzmán dijo estar sorprendido de la "tamaña debilidad conceptual" del planteo de sumar deuda del Banco Central en pesos a deuda del Tesoro y encima hacerlo en dólares y le recordó a Laspina "son nuestras políticas, las del Gobierno nacional".

"Sí, dadas las condiciones actuales, el mejor camino para la Argentina es la aprobación del acuerdo. Si no se pudiese sancionar este programa, habría muy nocivas consecuencias en materia económica, de empleo, crecimiento y situación social a un nivel que sería altamente desestabilizante", dijo al tiempo que le espetó que: "No resuelve el hecho de que le seguimos debiendo 44.000 millones de dólares al FMI, programa que va a llevar mucho tiempo amortizar. Lo que ganamos es la posibilidad de tener espacio para continuar en una recuperación sostenida".

Además, el ministro reconoció que con 50,9% en 2021 "La inflación no nos deja conformes" y le retrucó que tampoco debe haber dejado muy conformes a la oposición el casi 55% de inflación de 2019.

El ministro insistió en que aunque se trata de un nuevo programa con el FMI "no sumamos ni un solo dólar" a los 44.000 millones de dólares de deuda contraídos en 2018 y enfatizó que "nunca ningún país en toda la historia recibió esa carga" de deuda con el FMI, además de marcarle a Laspina que entre 2015 y 2019 solo el Sector Público Nacional tomó 100 mil millones de dólares y recibieron "las provincias también endeudadas también en dólares cuando hay un solo mercado único libre de cambios... y muchas de ellas en niveles insostenibles".

Para concluir, Guzmán habló de las consecuencias de lo que se está tratando y los caminos que enfrenta el país. “Es nuestra responsabilidad marcar lo tan desestabilizante que potencialmente es la situación que Argentina enfrenta en caso de no poder contar con las condiciones para poder refinanciar la deuda del programa stand by de 2018”, advirtió.