Una semana después de la comentada primera reunión, en la que mostraron sintonía lejos de las roscas peronistas, Florencio Randazzo y Sergio Massa volvieron a encontrarse el miércoles por la tarde, en una mesa en la que definieron cómo convergerán sus equipos técnicos  de cara a la tarea de conformar una agenda en común.

El encuentro se celebró desde las 19.15 del miércoles en San Telmo, casi exactamente una semana después que el anterior y cuatro días después de que Massa enviara su adhesión a la cumbre del PJ Bonaerense mediante una carta que fue leída en el acto de Hurlingham. Como en la reunión anterior, no hubo foto de prensa.

Esta vez, la idea fue elaborar el esquema de trabajo en aras de conformar una agenda opositora, una tarea que quedó en manos de intendentes y legisladores de los dos espacios. Por Massa figuran Germán Di Césare, intendente de General Alvarado; Daniel Arroyo y Raúl Pérez, diputados nacionales. Por Randazzo, Bali Bucca y Florencia Casamiquela. En el Senado, el enlace es Miguel Ángel Pichetto.

El trabajo de Bucca y de Pérez es conformar y ordenar la agenda, que Graciela Camaño coordinará desde el Congreso. En tanto Di Césare capitaneará la tropa de intendentes. Todos ellos se reunieron en la oficina de Libertador y ordenaron el trabajo en torno a cuatro ejes: tarifas, presión impositiva, empleo y jubilaciones.

El gesto de encontrarse con Randazzo ratifica la idea de participar de la unidad del peronismo pero no en un armado que incluya a los exponentes más desprestigiados del kirchnerismo. En ese sentido se entiende también la carta de adhesión a la cumbre del PJ Bonaerense, especialmente en los párrafos que remiten a la condena a la corrupción y al “uso del estado para negocios”.

La idea sigue siendo trabajar “un acuerdo opositor amplio” que incluya “peronistas que hayan gestionado bien y partidos provinciales”, tal como se acordó durante el almuerzo de hace una semana