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Preocupación entre industriales por el mercado interno y lobby para devaluar el tipo de cambio


12 de abril de 2017

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La UIA cuestionó fuerte el alza de tasas que derivará en una mayor contracción económica. Se le suma a esto el inicio de un lobby pro devaluación de sectores exportadores.

La decisión del titular del Banco Central, Federico Sturzenegger, de subir las tasas de interés el mismo día que el Indec comunicó un alza fuerte en la inflación recibió elogios desde los sectores ortodoxos, y un fuerte rechazo desde el lado de los industriales. El martes por la noche, los referentes de la Unión Industrial Argentina (UIA) cruzaron llamados telefónicos para hacer catarsis. La conclusión es la lógica: en el marco de la economía que aún no arranca, se quejaban de que la corrección de tasas “va a derrumbar el mercado doméstico”.

El que picó en punta con los cuestionamientos fue José Ignacio De Mendiguren, dirigente de la entidad y referente económico del massismo. “Lo que estamos diciendo es que en el sector industrial seguimos viendo con preocupación que no se recupera la actividad pero también que no hay señales buenas hacia adelante. Cuando ves que baja el dólar y sube la tasa, esto de Cambiemos no tiene nada, esto ya lo vivimos”, apuntó y trajo a colación los años de José Martínez de Hoz y Domingo Cavallo. En la misma línea, José Urtubey, de Celulosa Argentina apuntó que “no es bueno para el mercado interno, necesitamos reactivación productiva. Es evidente que tocan la tasa porque no pueden controlar la inflación por otros medios”.

En pocas palabras, con el alza de tasas el BCRA seca la plaza de pesos, reduciendo así el impacto en el consumo. Además, deja a las empresas alejadas de la posibilidad de financiar inversiones productivas. Ergo, se contrae aún más la economía. Los que lo miran desde la ortodoxia, celebran la medida dado que supone un fortalecimiento de la política anti-inflacionaria con el objetivo de cumplir la pauta inflacionaria que presupuestó el Gobierno. Sin ir más lejos, ven altas chances de una inflación de 1% en dos meses, pero el enigma es cómo responderá la economía en un año electoral.

En paralelo, ya hay sectores que empezaron a pedir alza en el tipo de cambio, algo que redundaría en más competitividad para los exportadores, pero también en más inflación. El Centro de Estudios económicos de la Universidad de Belgrano publicó un informe en el que explica que durante febrero se verificó una nueva desmejora en el tipo de cambio real, que se ubicó 6,7% por debajo del guarismo registrado en enero. En ese sentido, el atraso cambiario acumula ya un 26,5% con relación al tipo real de cambio vigente en diciembre de 2015.

De todos modos, algunos bancos ya empezaron a rever la pauta del dólar, y hasta se animaron a moderar la suba. Hoy la divisa estadounidense volvió a desplomarse y llegó a costar $15,47, su valor más bajo en casi un año. Allí el Gobierno tiene otra bomba de tiempo y un enigma: corregir levemente, devaluar o soportar el dólar planchado hasta octubre de este año. Todas cuestiones de política económica que complican el escenario de recuperación y condicionan el escenario político.

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