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Sebastián Pareja y Karina Milei involucrados en el escándalo de corrupción en PAMI


09 de mayo de 2025

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La exfuncionaria del organismo en La Plata y diputada suplente por La Libertad Avanza asegura haber sido víctima de un sistema corrupto que exige coimas y firmas ilegales. Testimonios comprometen directamente al armador bonaerense de El Jefe y a la conducción del Instituto de Jubilados.

Viviana Aguirre no es una figura anónima en el nuevo panorama político argentino desde la irrupción de La Libertad Avanza. Durante la campaña presidencial de Javier Milei, fue una militante comprometida que -cuando el incipiente movimiento no contaba con los recursos a los que luego accedió- aportó más de quince millones de pesos de su bolsillo

En los actos eleccionarios fue fiscal general y después fue nombrada coordinadora contable de la Unidad de Gestión Local VII (UGL VII) de PAMI en La Plata en febrero de 2024. Sin embargo, lo que comenzó como una oportunidad para servir a la causa libertaria se transformó en un enfrentamiento directo con lo que ella describe como "una red de corrupción interna".

Aguirre detalló cómo, antes de ser nombrada directora de PAMI, Juan Osaba, colaborador cercano de Sebastián Pareja, le exigió un "retorno" de un millón de pesos mensuales. "Me dijeron que tenía que firmar papeles ilegales, pero me negué porque no soy corrupta", afirmó en una entrevista con Gustavo Sylvestre en Radio 10. Según su testimonio, este "retorno" era una condición implícita para acceder a cualquier cargo dentro de la estructura de LLA en PAMI, una práctica que, según ella, se extendía a otros empleados.

Las irregularidades no se limitaban a las coimas. Aguirre denunció que los empleados de PAMI eran obligados a desviar parte de sus sueldos para financiar actividades partidarias de LLA, con porcentajes que empezaban en el 5% y podían llegar a más, dependiendo del salario. Además, habló de sobreprecios en contrataciones y licitaciones poco transparentes, prácticas que, según ella, no son exclusivas de La Plata sino que se repiten en delegaciones de otras provincias como Misiones, Santa Cruz y Chaco.

Una red de poder dentro de LLA

En el centro de este escándalo se encuentran dos figuras clave de La Libertad Avanza: Sebastián Pareja y Juan Osaba. Pareja, descrito como el "armador provincial" de LLA en Buenos Aires y mano derecha de Karina Milei, es acusado por Aguirre de ser el líder de estas supuestas irregularidades. 

Osaba, su colaborador directo, es señalado como el encargado de exigir el "retorno" a Aguirre y de presionarla para que firmara documentos ilegales. Según Aguirre, Pareja y Osaba la cesantearon tras negarse a participar en el esquema, un acto que ella interpreta como un intento de silenciarla.

Milei, el presidente, no escapa a las críticas. La ahora exfuncionaria asegura que le informó personalmente sobre las irregularidades, pero que él las ignoró. "Creía en él y en el cambio, pero todo se volvió una corrupción plena", lamentó en una entrevista con C5N. Por su parte, Karina Milei, quien tiene una relación simbiótica con Pareja en el armado político de toda la provincia, lejos de responder a los mensajes de Viviana Aguirre por las redes sociales -el único método que la desplazada encontró para llegar a la figura más poderosa del gobierno- bloqueó a Aguirre en las redes sociales tras sus intentos de comunicarse, un gesto que Aguirre interpreta como un intento de desmarcarse del escándalo.

Otro personaje relevante es Raúl Simonetto, ex titular de PAMI en La Plata, quien trabajó junto a Aguirre en la investigación de estas prácticas corruptas. Simonetto también fue cesanteado, según Aguirre, por negarse a participar en el esquema, lo que refuerza la narrativa de una purga interna contra quienes se opusieron a las irregularidades.

La reacción del gobierno fue tibia y evasiva. El Jefe de Gabinete Guillermo Francos, cuestionó la veracidad de las acusaciones y la estabilidad emocional de Aguirre, de manera casi obvia. 

Francos desestimó las acusaciones en una entrevista con C5N y aseguró que no le preocupa el caso hasta que haya una condena, como un intento de minimizar el escándalo. Esta actitud refleja una estrategia común en la política argentina: deslegitimar al denunciante en lugar de abordar las acusaciones de fondo. Todo parece indicar, además, que esto entra dentro de la puja entre el sector "caputista" y el bloque político que lideran Karina Milei y los primos Menem, que tiene a Pareja como referente en la provincia. 

Si las denuncias de Aguirre se confirman, podrían erosionar la confianza pública en la administración y abrir la puerta a más investigaciones sobre la gestión de fondos públicos. Además, el hecho de que las irregularidades se extiendan a otras provincias sugiere que el problema podría ser sistémico dentro de LLA, lo que podría tener implicaciones directas en las elecciones de medio término. 

Aguirre, por su parte, se ha convertido en una figura controvertida. Algunos la ven como una heroína que se atreve a desafiar al sistema desde adentro, mientras que otros la consideran una desestabilizadora que busca ganar protagonismo. Su trayectoria, marcada por su compromiso inicial con Milei y su posterior denuncia, la posiciona como un símbolo de las tensiones internas dentro de LLA.

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