Trump condicionó el rescate a Milei y advirtió que “si pierde, no vamos a perder el tiempo”
14 de octubre de 2025
El expresidente de Estados Unidos volvió a exponer la dependencia política y económica del gobierno argentino. Con tono de ultimátum, Trump dejó claro que el respaldo financiero a la Argentina está atado al destino electoral de Milei, que se muestra cada vez más subordinado a Washington.
La frase no solo sonó a amenaza, sino también a recordatorio: el apoyo de Estados Unidos no es gratuito ni desinteresado. Detrás de la retórica de “alianza estratégica” que promueve Milei, se esconde una relación de dependencia que coloca al país en una posición frágil y condicionada. El presidente argentino, que enarbola el discurso de la soberanía individual y el Estado mínimo, parece cómodo aceptando tutelaje extranjero cuando se trata de sostener su modelo económico.
Mientras Milei agradece “el respaldo del mundo libre”, Trump lo utiliza como ficha de negociación. El rescate financiero, presentado por el gobierno como una muestra de confianza internacional, quedó ahora al borde de la extorsión política: su continuidad depende de que el oficialismo gane las elecciones legislativas del 26 de octubre.
Desde la oposición y sectores académicos, las críticas fueron contundentes. Se acusó al gobierno de haber entregado la política exterior a los intereses de Trump y de permitir una injerencia directa en la soberanía nacional. “Nunca un gobierno argentino había aceptado tan abiertamente ser condicionado desde el extranjero”, señaló un exembajador consultado.
En los mercados, el mensaje generó incertidumbre y tensión cambiaria. Los bonos cayeron y el dólar paralelo subió, reflejando el temor a que un eventual revés electoral deje al país sin el apoyo externo que el propio Milei convirtió en pilar de su gestión.
Las palabras de Trump son más que una declaración diplomática: son una advertencia sobre el costo político de depender de aliados que, llegado el momento, priorizan sus propios intereses. Y para Milei, que se proclama defensor de la libertad, aceptar ese tutelaje implica una contradicción difícil de disimular.