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Carrió prendió el ventilador contra Macri y en Cambiemos la quieren afuera


07 de octubre de 2018

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Dicen que no quiere pagar el costo del ajuste y prepara un escenario para romper con el Gobierno.

Ahora sí es crisis. Debe vivirse como tal la situación planteada en el seno de Cambiemos, con una de sus fundadoras advirtiéndole al presidente que perdió su “confianza” en él. A ese nivel han llegado. O más, pues en la presentación del libro de Mariana Zuvic, a la que acompañó en Corrientes, advirtió Lilita que “el presidente va a tener que elegir entre la línea Angelici o Carrió: elige o cae”.

Fue al cabo de una semana intensa de Elisa Carrió, que arrancó el martes cuando se frustró el intento de ponerla al frente de la Comisión Bicameral del Ministerio Público. Ese día se aguó la instancia que esperaba la diputada de la Coalición Cívica, a partir del accionar de los diputados del peronismo: massistas, kirchneristas y justicialistas, que vaciaron la reunión. Ese día Lilita habló de “proscripción”, y tuvo a su lado a Mario Negri, que expresó su preocupación porque “es una comisión de mucha significación. No queremos pensar que acá hay algún tipo de proscripción o de intento de veto. Si así fuera, lo rechazamos. No hemos permitido nunca este tipo de conductas. Esto no se condice con la democracia, es una actitud antidemocrática”.

No tardaría Carrió en pensar que de ese supuesto “pacto” también participó el oficialismo, o algunos sectores del mismo. Eso avivó su furia contra el ministro de Justicia, Germán Garavano, expresada al día siguiente luego de que el funcionario se pronunciara sin el menor timing respecto de la conveniencia o no de que un expresidente sea detenido. Carrió impulsó un juicio político en su contra, y otro contra los camaristas que un día después virtualmente absolvieron al expresidente Carlos Menem en la causa armas.

La saga concluyó este fin de semana con otro tuit muy sugerente, en el que Carrió advirtió que “sacar a tres héroes de la AFIP por mi apoyo equivale a aliarse con Echegaray y su gente”.

Se refería al desplazamiento de Horacio Castagnola de la Dirección General Impositiva (DGI), de su asesor Carlos Bo y de Jaime Mecikovsky, tres funcionarios respaldados por la diputada y por los que en la semana la propia Carrió había pedido en una reunión que mantuvo con el titular de la AFIP, Leandro Cuccioli. Esta situación levantó una verdadera tempestad.

Según confió al diario La Nación este fin de semana la propia Carrió, ella no faltará a las promesas que ha intensificado en los últimos tiempos. Esto es, no piensa irse de Cambiemos y, por el contrario, piensa “garantizar la gobernabilidad”.

Como sea, califica el cortocircuito con el Gobierno como “desacuerdo profundo”, a partir en este caso del desplazamiento de los funcionarios de la AFIP por los que había pedido puntualmente. Según La Nación, después de hablar con Carrió, Cuccioli se reunió en la semana con el presidente Mauricio Macri y el viernes se tomó la decisión con los tres ahora exfuncionarios.

Según parece, los mismos habían tenido activa participación en investigaciones de corrupción contra empresarios como Lázaro Báez. También parece que brindaron datos sobre el primo presidencial Angelo Calcaterra. A propósito, Carrió advirtió que desde la AFIP están retaceándole al juez Claudio Bonadio información referida a Iecsa, la empresa que manejaba Calcaterra.

En este marco, Perfil informó este fin de semana que Horacio Castagnola le había transmitido a Bonadio, y también al juez Marcelo Martínez de Giorgi -que investiga la causa del soterramiento del Sarmiento- información sobre movimientos sospechosos de una cuenta bancaria manejada por Iecsa.

Carrió advirtió a La Nación que Calcaterra “tiene que declarar más en la causa de los cuadernos. No puede ser que diga algunas cosas, se arrepienta y listo. Es un arrepentimiento incompleto”. Así las cosas, la diputada interpreta que se está buscando encubrir a Iecsa, y con ello a la familia presidencial.

Según confió Carrió, el presidente de la Nación quiso hablar tres veces con ella el fin de semana, pero ella no quiso atenderlo, pues “no tengo más nada que decir”. A su juicio, “la decisión de actuar o no es de Macri”. Espera hechos concretos y las señales no son positivas en ese sentido. En la semana, el presidente respaldó a su ministro de Justicia, y para Lilita, “Garavano hace lo que le dice (Marcos) Peña”.

Carrió vislumbra un acuerdo para cerrar las causas del menemismo y advierte que ella no se va a poner “de acuerdo con el PJ”. En ese marco involucró a Federico Pinedo en la maniobra del peronismo para dejar sin quórum la reunión de la Comisión Bicameral del Ministerio Público, y se pregunta “cómo puede ser” que el presidente provisional del Senado ignorara lo que iba a pasar. No lo cree.

Ve un “doble juego” en el seno del Gobierno y adelanta que si no hay un cambio, que no piensen en una candidatura suya.

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