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Con Marcos Peña en la mira, Macri suma a Rogelio Frigerio y a Emilio Monzó a la mesa de decisiones


14 de mayo de 2018

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Dentro de un contexto de mucha preocupación, muchos integrantes de Cambiemos consideran que “la revisión política está llegando tarde, las cartas ya están echadas"

Mauricio Macri escuchó hasta el hartazgo que se había cerrado, que su Gobierno no le daba lugar a la política. Días atrás, cuando el titular de la Cámara de Diputados Emilio Monzó oficializó que no renovará su banca, esas voces se acentuaron. Pero en las últimas horas tomó una decisión emblemática, que apunta a terminar con esos cuestionamientos: el diputado, junto al ministro del Interior Rogelio Frigerio, se sumarán a la mesa de decisiones que hasta hoy integraban el tridente compuesto por el jefe de Gabinete Marcos Peña, el jefe de Gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta y la gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal.

Para Frigerio implica el reconocimiento del Presidente a su trabajo de articulador con los gobernadores, más allá de que ya venía participando de todas las reuniones de coordinación de gestión.

En el caso de Monzó es su regreso formal a la mesa de decisiones, a casi dos años de haber sido corrido de todo y justo cuando, semanas después de su anuncio, se daba por hecho su partida -en diciembre de 2019- a la embajada de España.

Lo que sí quedó claro que esta decisión de Macri hizo replantear -en parte- los planes de Monzó: "En este contexto no me pienso bajar del barco. No me voy a ningún lado. Estoy para colaborar", anunció en la reunión inaugural del flamante Grupo de los Cinco. Cerca suyo, igual aclararon ante la consulta de este diario: "Eso no significa que vaya a seguir como diputado. No va a renovar", indicaron.

El jueves pasado, Monzó había estado reunido durante más de dos horas con Vidal. Fue luego de haber cenado con su mano derecha, el jefe de Gabinete provincial Federico Salvai.

En el encuentro, en la Casa de la Provincia, Monzó y Vidal limaron asperezas y acordaron dejar atrás sus disputas. "Salió muy bien", coincidieron desde ambos lados. "Nunca estuvo tan mal como creían", apuntó una fuente al tanto de la cita. Otra voz agregó: "Dejaron de lado las diferencias, saben que es momento de estar unidos junto al Presidente". Que en esa cumbre haya habido paz fue clave para Macri.

La decisión del Presidente, además de implicar una apertura a la política, pone en jaque al sistema de conducción concentrado en la Jefatura de Gabinete: por primera vez el mandatario parece estar dispuesto a discutir el rol de la Santísima Trinidad, como en el Gobierno llaman al esquema liderado por Peña, en el que los vices Gustavo Lopetegui y Mario Quintana ostentan mucho poder. "La idea es ampliar la mesa y se sumarán a las reuniones que se hacen todas las semanas", confió a este diario una fuente de Casa Rosada, intentando naturalizar la decisión.

Hay quienes creen que Macri se terminó de convencer luego de los encuentros que mantuvo en las últimas horas en busca de apoyo a su decisión de negociar con el FMI. Sin embargo dentro de un contexto de mucha preocupación, muchos integrantes de Cambiemos consideran que “la revisión política está llegando tarde, las cartas ya están echadas"

Pero también influyó, claro, el reclamo de algunos sectores del radicalismo y el pedido de "suavizarse" que le hizo la líder de la Coalición Cívica Elisa Carrió, una defensora a ultranza de Monzó.

A propósito de esto, fuentes oficiales confiaron que la segunda etapa de esta apertura del Presidente redundará en que a esa mesa chica se sumen dirigentes de la UCR (Alfredo Cornejo y el gobernador jujeño Gerardo Morales) para cubrir el lugar que había quedado vacante tras la ida de Ernesto Sanz; y algún lilito(¿Fernando Sánchez?) designado por Carrió.

Fuente: Clarin

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