Desfile de ministros por Jefatura de Gabinete para reclamar fondos para el 2018.
04 de septiembre de 2017
El recorte será más fuerte en las carteras que no hayan gastado los recursos para este año electoral. Energia y Educación los perjudicados
Dentro del Gobierno corre una cuenta regresiva que, aproximadamente, vence dentro de diez días. Tiene que ver con el borrador final del presupuesto nacional para 2018 que el Ejecutivo tiene que enviar al Congreso, con el 15 de septiembre como fecha final de presentación. Antes de ese día, cada uno de los 18 ministerios que integran el Gabinete tendrán asignados los montos que deberán ejecutar el año próximo, siempre y cuando ambas Cámaras otorguen su acuerdo al diseño del oficialismo.
Bajo la tutela de los secretarios Mario Quintana y Mario Lopetegui, que reportan directamente al jefe de Gabinete Marcos Peña, reina una máxima para consolidar los números que los escuderos de Cambiemos deberán defender en el Congreso: el que no ejecutó lo que tiene en 2018, no recibirá lo que pide para 2018. Esa norma no escrita, pero lógica en términos administrativos, es uno de los látigos que barajan los dos controllers del presidente Macri sobre cada uno de los ministerios. El universo de mayor atención presupuestaria tiene que ver con los gastos de capital, es decir, el rubro de fondos públicos dedicados a obras, no al pago de sueldos y erogaciones corrientes.
De acuerdo a estimaciones oficiales del Palacio de Hacienda, el promedio, el total de “gastos de capital” de todo el Ejecutivo, asciende a los 229.905 millones de pesos, una cifra que incluye los subsidios a los servicios públicos. Hasta el último día de agosto, toda la administración había ejecutado el 55% del total, es decir 127.455 millones de pesos.
“Le quedan cuatro meses al año, y la ejecución general debería estar por encima del 70%, pero el promedio no supera el 55%”, se lamentó un funcionario del Palacio de Hacienda, para confirmar las caras largas que reciben algunos ministros cuando entran al despacho de Quintana para defender el presupuesto que reclaman para el año que viene. "Ya todos saben que tendrán reducciones grandes para el año que viene, pero los recortes serán más duros para los que no hayan ejecutado todo el presupuesto", agregó otra fuente de Balcarce 50 que sigue con detalle la carrera de embolsados de la ejecución presupuestaria de este año, donde la lapicera presidencial dedicó montos especialmente orientados para la disputa electoral que se definirá en octubre.
Dentro de todos los ministerios, hay un grueso de las obras que están en manos de cuatro ministerios: Interior y Obras Públicas, Transporte, Energía y Educación. De acuerdo a los cálculos del Gobierno, la cartera de Energía, que controla Juan José Aranguren registra un 34% de ejecución a fines de agosto, mientras que el de Educación, hasta hace un mes conducido por Esteban Bullrich y ahora en manos de Alejandro Finocchiaro, tiene el 43%. En el primer caso, el crédito vigente para 2017 es de 18.524 millones de pesos, pero sólo ha ejecutado 6.302 millones, mientras que en el segundo, el dinero para gastar totaliza los 16.194 millones, y hasta el 29 de agosto se habían ejecutado 6.900, con casi 10.000 millones sin erogar a cuatro meses del cierre del ejercicio.
Algunos puntos por encima de los dos ministerios más rezagados, está la cartera de Transporte, que controla Guillermo Dietrich. En su planilla presupuestaria tiene un crédito para todo el año de 45.252 millones, pero una ejecución de 31.329 millones, es decir, del 49%.
El primer puesto de ejecución, lo tiene el ministerio del Interior, que maneja Rogelio Frigerio. Dentro del presupuesto 2017, es la cuenta de gastos de capital más grande, y a fines de agosto había ejecutado 27.379 millones de pesos: el 74% de los 37.592 millones que tiene para gastar en todo el año.