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El peronismo se plantea como objetivo un frente electoral con Massa y Cristina en 2019


07 de enero de 2018

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Insaurralde estuvo charlando con Máximo y Menendez se reunió con Massa.

"Los liderazgos naturales surgen de procesos eleccionarios. El peronismo se debe una primaria donde no se discutan nombre sino acuerdos programáticos que le cambien la vida a la gente". Gustavo Menéndez, presidente del PJ bonaerense, blanqueó en estos términos la estrategia del peronismo que comenzó a desplegarse la semana pasada, primero a través de un encuentro pictórico con Sergio Massa, y luego con una reunión entre Máximo Kirchner y Martín Insaurralde.

A pesar de que 2019 todavía aparece lejano, cada actor dentro del peronismo comienza a mostrar su juego. Insaurralde se autoexcluyó como sucesor del kirchnerista Fernando Espinoza en la conducción del PJ bonaerense porque aspira a ser candidato a gobernador de la provincia. El lomense fue además uno de los principales objetores de la celebración de una primaria para definir al/la candidato/a senador del peronismo en Buenos Aires. "La última experiencia de PASO fue la interna Aníbal-Domínguez y terminamos todos rotos. Los resultados no fueron buenos". El argumento del alcalde de Lomas de Zamora se impuso también a la hora de renovar la conducción del PJ bonaerense. Espinoza se resistía a cederle la presidencia a Menéndez hasta que llegó el acuerdo de unidad a última hora luego de que el malón de intendentes de la primera y la tercera sección electoral se encolumnaran sin fisuras detrás del binomio Menéndez-Fernando Gray (Esteban Echeverría). 

El fin de semana, sin embargo, el massismo salió a dinamitar cualquier posibilidad de confluencia con el kirchnerismo a través de la jefe del bloque de diputados nacionales del Frente Renovador, Graciela Camaño. En el kirchnerismo no tiene tantos pruritos, Después de la derrota de Cristina ante Esteban Bullrich, y con la tropa diezmada por la nueva jefatura de los Gobernadores del PJ en el Congreso, están dispuestos a cualquier acuerdo con tal de llegar a 2019. El encuentro Insaurralde-Máximo es un síntoma claro de esa necesidad política. El intendente de Lomas padeció todo tipo de "bullying" luego de perder las legislativas del 2013 como cabeza de boleta del frente para la Victoria ante Massa. Su coqueteo con el Frente Renovador le valió todo tipo de improperios y marginaciones de sus entonces compañeros de bloque con Carlos Kunkel a la cabeza. Hoy las heridas sanaron y se necesitan mutuamente ante la ola "amarilla" que azota los territorios del PJ en el conurbano y en le resto del país.

En la reunión Menéndez-Massa no hubo vetos explícitos para ninguna figura de cara a 2019. El tigrense sólo dejó en claro que no volverá a afiliarse al PJ pero que está dispuesto a armar un frente electoral, sin el kirchenerismo como locomotora, para sumar caudal político y votos independientes por afuera. Ese bosquejo incipiente comenzó a desplegarse este verano. "Imagino una gran PASO para dirimir lo que no se logre a través de la discusión política", afirmó el intendente de Merlo. Insaurralde coincidió en el diagnóstico y después de la reunión con Máximo oficio de vocero de Cristina al asegurar en una entrevista con el programa "El fin de la metáfora" de Radio 10 que la ex presidenta tiene "muchas ganas de construir un gran frente electoral".

"Con Cristina vengo hablando mucho, con Máximo, con dirigentes del kirchnerismo. Se está dando un diálogo que hay que fomentar en todos los sectores, con la iglesia, sindicatos, movimientos sociales, dirigentes" comentó al respecto. "Estamos intentando rearmar el peronismo en la provincia de Buenos Aires con una generación que cree que va a beneficiar el peronismo para el 2019 y ojalá podamos volver a enamorar al electorado", explicó Insaurralde.

Los intendentes peronistas como Menéndez, Gray, Insaurralde o Leonardo Nardini (Malvinas Argentinas) son ahora sus propios jefes políticos y los responsables directos de la reconstrucción del peronismo para 2019. Ya sin Cristina en el poder, no reportan más a La Cámpora e imponen sus propias condiciones. El ascenso de Menéndez en reemplazo del ultrakirchnerista Espinoza fue la primera señal. Ahora deberán encarar la urgencia de enfrentar a María Eugenia Vidal, la política con mejor imagen del país, en un contexto político donde no asoma un referente nacional ni bonaerense indiscutido que haga confluir a todos los sectores.

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