Luego de la movilización de la CGT, el presidente, Mauricio Macri, desplazó a Luis Scervino, funcionario que manejaba las obras sociales sindicales desde la Superintendencia de Servicios de Salud, y al secretario de Trabajo, Ezequiel Sabor.

El Gobierno ya maneja posibles sucesores. Scervino sería reemplazado por Sandro Taricco, funcionario de la Superintendencia de Salud y hombre de confianza del ministro de Trabajo, Jorge Triaca.

El director de Asociaciones Sindicales, Horacio Pitrau -otro hombre de Triaca-, ocuparía el lugar de Sabor.

Scervino había sido designado en su puesto en diciembre de 2015, designación que fue interpretada como una concesión del Gobierno a los gremios.

Scervino responde a José Luis Lingeri, histórico mandamás del sindicato de Obras Sanitarias y hombre fuerte de la empresa de agua estatal AySA.

Lingeri es precisamente por ese doble rol de sindicalista y jefe en los hechos de una empresa neurálgica de servicios públicos, uno de los sindicalistas que suele mantener una relación más estrecha con cada Gobierno de turno.

La Superintendencia de Servicios de Salus maneja un presupuesto de 7.000 millones de pesos pero además tiene la misión de coordinar la devolución de los 28 mil millones retenidos por el kirchnerismo en las cajas del Banco Nación, que Macri dispuso retornar a las Obras Sociales, como una ofrenda para conseguir paz social.