Morales jugó con una ventaja sobre el resto de los dirigentes de la alianza opositora: el diálogo permanente con el Ejecutivo nacional que ejerció durante los dos años de la pandemia de COVID-19. El mandatario porteño, Horacio Rodríguez Larreta, también contaba con ese punto a favor hasta que se enfrentó a la Casa Rosada por la reducción de las partidas de coparticipación y quedó enmarañado en los condicionamientos de su propia fuerza política. Sin embargo, no era suficiente tener un vínculo fluido con el oficialismo para ponerse al frente de un espacio que siempre condujo PRO. El jujeño, además, supo combinar su rol como presidente de la UCR y aprovechar la atomización y los desacuerdos que emergieron en Juntos por el Cambio.    

"Acá hay gente que hace negocios con el tema de la grieta: el kirchnerismo hace grandes negocios con la grieta y un sector muy radicalizado de nuestro espacio también hace negocios políticos con la grieta", dijo el gobernador radical durante una entrevista con Radio Mitre. Y agregó: "Los halcones me pegan para que tenga pero no me preocupa porque estoy convencido de que la postura del diálogo es la correcta".

Morales tuvo un contrapunto la semana pasada con el ala “dura” del partido que fundó Mauricio Macri por haber planteado que era necesario sentarse a dialogar con Guzmán debido a que fue el gobierno de Cambiemos el que contrajo la deuda de 44.000 millones de dólares con el FMI. Los encargados de criticarlo en público por esos dichos fueron los diputados Waldo Wolff y Fernando Iglesias. El titular de la UCR no tardó en hacerle recriminaciones a la presidenta de PRO, Patricia Bullrich, que hasta ahora evitó pelearse con quien por estos días desplazó a Rodríguez Larreta como referente opositor. 

Lejos de retractarse sobre quiénes son los responsables del endeudamiento, el mandatario jujeño reiteró que "el día que hablemos del capítulo de la deuda caemos todos: el peronismo, el kirchnerismo, el radicalismo, el mismo PRO que por ahí se molesta cuando digo que al crédito lo tomamos nosotros porque en verdad lo fuimos a buscar nosotros al Fondo y a pedir un crédito coro que tenía un vencimiento justamente ahora".

En el radicalismo, en su mayoría, coinciden en que es preciso mantener un “diálogo” con el gobierno del Frente de Todos, sin dinamitar la frágil unidad de Juntos por el Cambio. Uno de ellos es el presidente del bloque de diputados de la UCR, Mario Negri, que comparte el camino marcado por Morales. Con él también acuerda en que no hay que dejarse presionar puertas adentro por el discurso radicalizado de un sector de PRO, que propicia una alianza con el legislador de derecha Javier Milei.

“Gerardo es el que está manejando las conversaciones con el presidente para concretar la reunión con Guzmán”, dice sin titubear un integrante de la Mesa Nacional de Juntos por el Cambio, a la vez que se queja porque el Ejecutivo nacional pospuso el encuentro para la otra semana, luego del comunicado de la coalición opositora, que no ahorró en críticas hacia el ministro de Economía por su presentación sobre el avance de las negociaciones con el organismo internacional.

Tras una charla con el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, Morales aseguró que la reunión se realizará "el lunes o martes de la semana siguiente en el Congreso" con los tres gobernadores radicales y el mandatario porteño, más los jefes de las bancadas que integran la alianza opositora. Destacó que “es importante no caer en default” y volvió a mandar un mensaje a sus socios: "Algunos de nuestro espacio piensan que es mejor que explote todo pero la consigna termina perjudicando a la gente, así que no me preocupa lo que digan".