La CGT dividida, entre halcones y palomas, moviliza el dia martes
21 de agosto de 2017
El bancario Sergio Palazzo reclamó llamar a una huelga “lo más pronto posible”, mientras que los “gordos”, como Comercio, avisaron que no movilizarán afiliados
Dividida entre un sector de grandes gremios resuelto a no marchar y otro que impulsa por encima de esa medida avanzar hacia un paro nacional, la CGT prepara mañana su primera gran manifestación después de las Primarias. Será a través de una movilización a la Plaza de Mayo que, aunque se prevé multitudinaria, alimentó desde su génesis mayor confrontación interna en la central sindical con vistas a un eventual reordenamiento después de las elecciones de octubre.
Ayer tomaron la palabra los dirigentes más decididos a profundizar un plan de lucha contra el Gobierno. El bancario Sergio Palazzo, de la Corriente Federal (un núcleo no alineado con el triunvirato de conductores) sostuvo que tras la marcha deberá llamarse a un paro nacional "lo más pronto posible" y planteó la necesidad de "no supeditarlo al proceso electoral".
"Espero que después del acto se cite a un (Comité Central) Confederal para ponerle fecha a un paro lo más pronto posible", sostuvo el dirigente en declaraciones a radio El Mundo. La postura confrontativa de Palazzo coincide con la del sector que orienta el camionero Hugo Moyano, decidido a protagonizar la disputa frente a un reordenamiento de la CGT con la posible designación de un único secretario general en reemplazo de los triunviros Héctor Daer, Juan Carlos Schmid y Carlos Acuña.
Pablo Moyano, hijo y lugarteniente del camionero, pidió al respecto ayer mismo para principios de 2018 la construcción de una CGT "fuerte, combativa y en las calles, para luchar contra un Gobierno que desprecia a los trabajadores". El dirigente le dijo a Télam que el Ejecutivo ignoró hasta ahora a la jefatura de la central y que "sólo inventa reuniones para la foto".
En los planes de Hugo Moyano figura Palazzo como posible "caballo de Troya" de sus propias aspiraciones y las de su hijo para encabezar una futura estructura de unicato, ideada con el retorno formal de la Corriente Federal y otros sectores disidentes como el Movimiento de Acción Sindical (MASA) y las 62 Organizaciones.
Con otra visión, los jefes de los gremios más negociadores reniegan de la marcha de mañana como un factor de presión contra la administración de Mauricio Macri. El viernes, los "gordos" de los grandes gremios de servicios prevén no movilizarse o bien reducir al mínimo su participación en la protesta. Ayer el secretario de Prensa del sindicato de Comercio (el más numeroso del país), Ángel "Polo" Martínez, confirmó que en lugar de marchar sus afiliados "permanecerán en la puerta del gremio".
En general el sindicato mercantil actúa en sintonía con el de Sanidad, que encabezan Carlos West Ocampo y Héctor Daer, miembro del triunvirato de CGT. Las posibles defecciones pueden extenderse a organizaciones del transporte estratégicas como la Unión Tranviarios Automotor (UTA). El sindicato de colectiveros acordó a última hora del viernes su paritaria para las empresas de transporte de larga distancia con ayuda del Gobierno, que fijó por resolución para todo el sector un aumento hasta entonces acordado con cámaras empresarias minoritarias.
La movilización podrá ser, de todos modos, masiva con la adhesión ya anunciada de las dos CTA y de organizaciones sociales. Comenzará a las 15 en la Plaza de Mayo con consignas como "en defensa de los puestos de trabajo, por paritarias libres; en rechazo a las reformas previsional y laboral, y contra las políticas represivas".