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La morosidad de las familias volvió a crecer en abril y alcanzó su mayor nivel desde 2021


29 de junio de 2025

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El endeudamiento de los hogares argentinos sigue en aumento. En abril, la morosidad en tarjetas de crédito y préstamos personales alcanzó su punto más alto desde 2021. La caída del salario real y el uso del crédito para cubrir gastos básicos explican un fenómeno que preocupa a economistas y refleja el deterioro de la economía familiar.

 La crisis del poder adquisitivo sigue dejando huella en los bolsillos de los argentinos. En abril, la morosidad de los créditos otorgados a las familias volvió a escalar, marcando su nivel más alto desde fines de 2021, según el informe mensual del Banco Central de la República Argentina (BCRA).

Los datos reflejan un deterioro progresivo en la capacidad de pago de los hogares. El índice de morosidad en los créditos personales trepó al 4,6?%, mientras que en el caso de las tarjetas de crédito se ubicó en 3,2?%, el valor más alto registrado en los últimos tres años.

En conjunto, el sistema financiero mostró un aumento del índice de irregularidad del crédito al sector privado, que alcanzó el 2,2?%, frente al 2,0?% de marzo.

Tarjetas como salvavidas: un recurso que se agota

El uso de las tarjetas de crédito como herramienta para financiar el consumo cotidiano se ha intensificado en los últimos meses. Según economistas del sector privado, muchas familias están utilizando los plásticos para cubrir gastos básicos como alimentos, medicamentos o servicios esenciales, ante la caída del salario real y la inflación persistente.

“Se está recurriendo al crédito no para hacer grandes compras o inversiones, sino para llegar a fin de mes”, explicó el economista Martín Kalos, director de EPyCA Consultores.

Empresas y entidades no bancarias: una realidad diferente

A diferencia de los hogares, las empresas muestran un escenario más estable. El nivel de mora en el sector corporativo se ubicó en apenas 0,9?%, uno de los más bajos de las últimas dos décadas. Esto se explica, en parte, por una mayor capacidad de negociación y acceso al crédito formal.

Sin embargo, los canales de financiamiento alternativos, como las financieras no bancarias, también están mostrando señales de estrés: la morosidad allí creció cerca de un 5?% en los últimos seis meses, reflejando las dificultades de los sectores más vulnerables para afrontar sus compromisos.

Qué esperar hacia adelante

La persistente caída del consumo y la contracción del salario real continúan alimentando un círculo vicioso de endeudamiento y mora. Si bien desde el BCRA se monitorea la situación, aún no hay señales claras de medidas orientadas a aliviar la carga financiera de las familias.

Frente a este panorama, los analistas advierten que la situación podría agravarse si no se recupera el ingreso real o no se implementan mecanismos de refinanciación accesibles para los sectores más afectados.

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