Mauricio Macri volvió a intervenir en el debate interno del PRO y lo hizo con un mensaje contundente: “Después de octubre vamos a ser oposición”. La frase, pronunciada en una reunión con referentes nacionales del partido, marcó distancia con el gobierno de Javier Milei y apuntó de lleno a las ambigüedades de Cristian Ritondo y Diego Santilli, quienes en las últimas semanas dejaron trascender gestos de cercanía hacia la Casa Rosada.

El expresidente aclaró que, aunque respalda algunas medidas de la gestión libertaria, no mantiene diálogo personal con Milei desde hace más de un año y que su prioridad no es involucrarse en la administración actual sino consolidar un rol opositor. “Queremos ser la mejor oposición posible, pero oposición al fin”, insistió.

El diagnóstico electoral bonaerense también fue tema central. Santilli proyectó que La Libertad Avanza podría obtener alrededor de un 34 % en octubre, un escenario que preocupa en el PRO provincial. En paralelo, Ritondo sostuvo que forzar el funcionamiento pleno del Congreso en este contexto podría resultar “desestabilizador”, lo que abrió un nuevo foco de tensión dentro del espacio.

Macri, sin embargo, pidió calma y dejó en claro que las definiciones concretas sobre cómo votarán los legisladores del PRO llegarán recién después de los comicios. El objetivo inmediato es evitar fracturas y preparar al partido para un escenario en el que, lejos de integrarse al oficialismo, buscará construir un polo opositor con identidad propia.

Con esta jugada, el expresidente intenta ordenar a su tropa y despejar cualquier duda: el PRO, más allá de sus matices internos, se prepara para volver a ocupar un lugar clave en la oposición a partir de octubre.