Con la caída estrepitosa de la industria en septiembre de 11,5% interanual, el sector se erigió como el más golpeado por la crisis económica. Analistas adelantaron que la contracción fabril se extenderá durante todo el 2019 ante la ausencia de indicadores que reactiven la actividad, y alertaron por una profundización de la pérdida de puestos laborales.

La sequía primero, la caída del consumo interno de la mano de la devaluación y la alta inflación, más el parate en la obra pública que dejó de aportar su tirón de demanda, más las altísimas tasas de interés, golpearon sucesivamente a la industria, que además sufrió una suba de costos extraordinaria por la devaluación del tipo de cambio.

El dato se veía venir. Iba a haber una caída fuerte. Pero su magnitud sorprendió hasta a los más pesimistas. Se trata de la caída más fuerte desde que el Indec retomó la publicación del indicador en el 2016. El director socio de Consultora Ledesma, Gabriel Caamaño Gómez, afirmó: “No hace falta ir a ver series discontinuadas para afirmar que estamos ante la mayor caída interanual desde mediados de 2009”.

Una de las principales preocupaciones que genera el derrumbe que viene sufriendo la industria desde enero del 2016, y que se intensificó desde abril del 2018, es que se trata del sector generador de empleo de calidad por excelencia. Desde LCG reseñaron el problema: “Como era de esperar, el empleo industrial siguió en retroceso. En agosto (último dato disponible) expulsó a 4.162 trabajadores. Si bien desde octubre del 2015 el sector viene achicando la planta, la caída se aceleró tras la corrida cambiaria:entre abril y agosto la caída mensual del empleo fue, en promedio, de 4.500 trabajadores, mientras que en el primer trimestre había sido de 2.300. Desde octubre del 2015 se registraron 96.760 trabajadores menos. Y hoy el nivel de empleo se ubica en niveles similares a los peores registros de 2009”.

El director de Epyca, Martín Kalos, mostró preocupación acerca de cómo va a pegar en el empleo total: “La industria es el sector que mayor empleo de calidad crea en Argentina. Si cae y ni siquiera se compensa con empleo precario, como en 2017, si sólo se generan actividades de subsistencia, seguimos consolidando la precariedad de las condiciones de vida para gran parte de la población”.

Y agregó: “Buena parte de lo que está derrumbándose en la industria, que recordemos que venía mal desde hacía años ya y esto sólo profundiza su crisis, se basaba en vender al mercado interno, que este año pierde empleo y salario real a un ritmo pasmoso. Todavía no se ve ningún horizonte”.

Efectivamente hacia adelante la cosa no luce mucho mejor. De hecho, tal como mostró el informe del EMI publicado por el Indec, el 60% de las empresas esperan bajas en la demanda interna en los próximos meses. Y tal como destacaron desde LCG, “en marzo, antes de que se dispararan los descalabros en el frente externo, esa proporción era de apenas el 11%”. Y agregaron: “Otro punto interesante es que, a pesar de la devaluación del 100% del peso, las expectativas en cuanto a la evolución de las exportaciones se mantienen prácticamente constantes”.