INDEC: La Evaluación del IFE y el ATP demuestra que compensaron la pérdida de ingresos y empleo de las familias
05 de abril de 2021
El 82% de los hogares que dependían de un trabajo no registrado recibió una transferencia estatal. Y sólo el 7% de los jefes o jefas quedó desempleado después de que se desatara la pandemia de Covid-19
El Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) y el programa de Apoyo al Trabajo y la Producción (ATP) fueron los dos pilares del paquete de medidas oficiales destinadas a combatir los efectos que tuvo sobre la economía la pandemia de coronavirus. Mediante estas dos iniciativas, el Gobierno logró acotar el impacto de las restricciones sanitarias en el empleo, y logró una cobertura de ingresos de más del 82% para aquellos hogares que dependían de algún ingreso no registrado, al tiempo que el desempleo apareció como un fenómeno marginal que afectó apenas a menos del 7% de los jefes o jefas de hogar.
Lo confirmó hoy el Indec mediante un estudio especial dedicado a la situación social en el Gran Buenos Aires a raíz de la irrupción de la Covid-19. El informe detalla que en el caso de las familias donde la jefa o jefe de hogar trabajaban de forma no registrada, el IFE permitió un alcance del 82,2% de ese universo, si se suman: el 22,8% que comenzó a recibir transferencias con la pandemia, un 45,6% que cobró esas sumas y ya obtenían algún tipo de plan y otro 14% que cobró solamente en base a programas previamente existentes.
Una proporción similar se alcanzó para aquellos trabajadores independientes que no realizaban aportes: 79,1% obtuvo algún tipo de ingreso estatal. Porcentaje que desciende al 56,1% para los que estaban registrados y al 52,7% para los independientes que realizan aportes. En la división por situación laboral, el 90,2% de los desocupados percibió alguna transferencia, pero de ese grupo sólo el 41,8% correspondieron a las implementadas durante la pandemia. Para los ocupados en general, los nuevos programas abarcaron al 51,2%.
El otro dato destacable de la encuesta es que el 81,1% de las jefas y jefes de hogar asalariados lograron mantener su ingreso laboral, en buena medida por el ATP, que abonó la mitad de los salarios de las empresas afectadas.
“La gran mayoría de los jefes y jefas consultados no registró cambios con relación al mercado de trabajo: un 59,7% del total declaró que se mantuvo en el mismo empleo, mientras que el 27,7% que no tenía trabajo remunerado (no participaba del mercado de trabajo o no estaba ocupado), sigue sin tenerlo. En este último grupo, el porcentaje fue de 20,7% para los varones y 36,4% para las mujeres”, precisó el Indec.
Mientras tanto, el 4,4% cambió de empleo y el 1,6% no tenía y lo consiguió en este último año.
En ese sentido, el ente estadístico marcó que sólo el 6,7% quedó desocupado a partir de la llegada de la Covid-19.
Por otro lado, el reporte puntualiza que el 29,4% de los hogares no recurrió a algún tipo de estrategia para llegar a fin de mes, y el 70,6% sí debió hacerlo. De esta última porción, el 58,3% también recibió algún tipo de transferencia estatal que debutó en 2020.
La jugada más utilizada fue recurrir al uso de ahorros o venta de pertenencias del hogar (44,7%), seguida del endeudamiento (41,5%), la reducción del consumo de al menos un alimento (33,8%) y la obtención de nuevos ingresos o por adelantado (29,2%).
En cuanto a los hábitos, el 45,5% dejó de hacer o disminuyó su actividad física y sólo el 15% la incrementó; el 93% incorporó el distanciamiento social, uso de barbijo y lavado de manos más frecuente; y el 75,5% incrementó las horas que pasa frente a algún tipo de pantalla (PC, notebook, tablet, celular o televisión), por fuera de la actividad escolar.
En tanto, un 33,5% de los encuestados respondió que tiene mayores problemas para dormir que antes de la llegada del coronavirus.